sábado, 26 de octubre de 2013

Piel nocturna















Cada atardecer se pintan de rojos ardientes
las nubes del final de la mar.

La noche nace de un fuego
en la línea donde se acaba el paisaje.

Después las luces de colores laten
en el discurrir de cada hora
y dejan las vidas con el interior al aire.

Abandono entonces al mar haciéndose negro
y camino hacia adentro, más adentro.

¿Podrá esta garza guardar silencio?

Cuando la mañana luminosa oculta las sombras
parece que la noche jamás hubiera existido.






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Un paseo con sabor a esperma


Mi libertad desvergonzada
asusta a a los ermitaños
del guardarropa.

Atrapado una vez más en esa
espiral.

Desubicado el material
con el que construía el futuro
de ayer,
desaparecieron por completo
las certezas.

Hoy he nadado entre medusas,
varias veces,
obviando el riesgo.







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