martes, 1 de septiembre de 2009

Covaleda

Fiesta de reconciliación sanguínea,
fluido carmín y círculos danzantes,
se me vino el suelo encima
mas no quedé a santas noches.

El hijo del de la sombra
ahora vive en una isla
pero volvió tierra adentro
a capturar el tiempo en un espejo.

Retrato colectivo de lazos
en un bosque de hierro forjado,
descomunales insectos y hombres
se curvan en estado de arte puro.

Quedará sellado al espacio
aunque crezca cada día la distancia,
fueron verdes y altas las montañas,
es mar ahora y una cicatriz en la ceja.





1 comentario:

Unknown dijo...

Un momento, un lugar,la familia: cuatro estrofas. Me encanta tu alma de poeta y me emociona la palabra Covaleda. Un besote: Pilu