miércoles, 2 de junio de 2010

BAJOS VUELOS

















Esta tarde vuelan bajo los aviones,
primero sobre el extraño comezón
que envuelve mi testa abolladura,
rozando sus blancas panzas después
por encima de la piel del delta
donde desemboca sucia la riera.

Bach en sus acordes les incita,
y el lúbrico desfile de apolos, escupidos
en gimnasios que el invierno esconde,
inquieta sus tímidos aleteos
ante el brillo del sudor en la piel
que no en el mármol de los templos.

Vuelan bajo esta tarde los aviones,
atrapan el barro blando de la orilla
para subirlo a los aleros del sueño,
pero este desazón de la azotea
continúa tan real como la música
y las huellas de mis pies en la ribera.





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