lunes, 11 de octubre de 2010

Hiperestesia

Hay una tristeza vieja
impregnando los paisajes que recorro
de un aroma acre
que se huele con las tripas,
ciclotimia apenas reprimida
persiste en la boca del estómago
con la evidencia clara
de la mejor especia,
como orvallo pertinaz
se cuela por las grietas de las horas
inundando los caminos
del hedor de una sentina.
¿Efímera como la flor de una alegría?.



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1 comentario:

la retina impresionada dijo...

Muy buena, Saul. De verdad, llevas ese vértigo a las tripas.

Miguel

Te enviaré un enlace de mi blog, con el primer poema publicado, por correo.