Laberínticos hoteles que desconozco,
habitaciones en las que nunca estuve,
inquietud y prisa,
buscando ropa, haciendo maletas,
pérdidas y desorden.
El tiempo apremia, perderé el vuelo,
los caminos se multiplican,
todas las indicaciones no bastan,
se acerca la hora y yo estoy hecho un lío,
barullo de gente,
andenes, pasillos y autobuses,
crece el desconcierto,
mi avión despegará y yo de camino...
Vuelvo a despertar,
levanto la persiana aún vacío
para comprobar si al otro lado
sigue luminosa la mar.
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